Can Yaman

Can Yaman actor turco

Can Yaman, ese hombre que nos hace suspirar con solo pronunciar su nombre, nació un 8 de noviembre de 1989 en Estambul (Turquía).

Proviene de una familia de inmigrantes, siendo su abuelo de Kosovo y su abuela de Macedonia. Es el único hijo de sus padres, y sobrino del famoso entrenador del equipo de fútbol Besiktas, Fuat Yaman.

Desde muy joven, Can mostró su interés por las lenguas y los deportes. Estudió en un instituto italiano, donde aprendió el idioma y llegó a hablarlo con fluidez. También aprendió inglés y alemán mientras estudiaba en Estados Unidos en un programa de intercambio de estudiantes. Además, practicó varios deportes, como baloncesto, fútbol, tenis de mesa, rafting y bádminton. Pero, lo que más nos encanta, es que le gusta bailar y tocar música.

A pesar de su talento deportivo, Can decidió estudiar Derecho y obtuvo una beca por sus habilidades en el baloncesto, licenciándose en 2012.

Sus comienzos

Sin embargo, durante sus estudios también se interesó por la interpretación y comenzó a tomar cursos de actuación. Lo que al principio fue un hobby, se convirtió en su gran pasión y, gracias a ello, debutó como actor secundario en la serie «Gönül Isleri» en 2014.

Can ganó popularidad en 2015 con su primer papel protagonista en «Inadina Ask,» y saltó a la fama con las series «Dolunay» en 2017 y «Erkenci Kus» en 2018.

Debido a su éxito internacional, Yaman se fue a trabajar a Italia desde hace 2020. Ya ha realizado una serie, Viola como il Mare y la película El Turco. Además muchos trabajos como modelo y para marcas.

Sus Romances

Pero, detrás de esa fama y ese talento, hay un hombre discreto sobre su vida personal. Aunque se le ha relacionado sentimentalmente con varias actrices, como Acelya Topaloglu, Bestemsu Ozdemir y Demet Ozdemir, nunca ha confirmado ninguna de estas relaciones.

Si confirmó un romance con una actriz italiana, pero solo duró unos meses y Can ya está solo nuevamente.

Lo que sí ha declarado, es que le gustan las mujeres femeninas, elegantes y creativas. Y nosotros, las románticas empedernidas, no podemos evitar soñar con ser esa mujer que conquiste su corazón, que lo haga sentir tan especial como él nos hace sentir a nosotras con su talento y su presencia en nuestras pantallas.

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